Pase por tantas cosas como la de un amor que parecía dibujar promesas en la arena, de aquellas; que se borran con el pasar del tiempo ó con el venir del mar… Por ello mi amor, hoy por hoy, lo declaro en persona y lo escribo día a día en mi corazón esperando compartir con esa persona un gran amor… En mi orilla se dibujan emociones, no es que muera de amor, simplemente muero por sentirme amada…
Me quedé contemplándote mientras dormías, tranquilo, con tu silencio innato, precioso y guapo. Yo, abstraída en ti amándote, con mi carita cerca para sentir tu respiración, sintiendo tu aroma, acariciaba tus ojos, tus cejas, tus labios, dejaba resbalar mis dedos por tu frente y tus mejillas. Mis caricias memorizaban cada segundo en que te tenía ahí, a mi lado, dormido.
Mi corazón a los pies de tus sueños, callado, con el deseo luego de dormir para despertar junto a ti, aunque mis ojos ansiaban seguir despierta y así disfrutar del “placer que brinda tu compañía”.
Me regocijaba mucho ese “coincidir”. Feliz, aunque a veces al mismo tiempo me embarga por momentos la tristeza o el temor de que algún día tenga un final, sí anhelo tanto que sea el principio de ese “para siempre” que tú conoces… mis palabras las conviertes en realidades que me dejas sin palabras para definirte.
El alba se asomaba tras las cortinas de mi ventana, otra mañana, una nueva hora de soñar recibiendo el nacer del día… insisto en el “placer de amarte mientras dormías”.
Comenzaba el amanecer, eran las 5:30am y ahí estabas tú, haciéndome tuya, como tantas veces… Sí sólo comprendieras que tú eres un “absoluto todo”, donde no estás tú, yo no existo. Me enamoras con cada frase, cada unos de mis movimientos los atribuyo al placer que produce tu sexo al entrar en mí, luego empalmas nuestras manos haciendo una sola unión, significa tanto cuando tu mano toma la mía y la besas, tus ojos se cierran y yo también duermo cubierta con tu cuerpo.
Me pierdo en tus sonrisas, gestos, miradas, abrazos y ricas palabras…
A veces quisiera entrar a tu alma, pintar mis sueños si pienso en ti, y ser cómplice de tus más ocultos deseos, por eso te pido, no dudes de mi, que nadie me quitará estos recuerdos ni esa canción que me dedicaste “cuando duermes”.
El silencio se recrea conmigo en este instante, cierro mis ojos para verme tan cerca de tu presencia; es imposible no perderme en mi imaginación; y es comprensible, el placer de amarte mientras dormías no lo da ningún recuerdo, ninguna palabra, ninguna fotografía, solo el volver a disfrutar y compartir un amor de 5 sentidos.