Pase por tantas cosas como la de un amor que parecía dibujar promesas en la arena, de aquellas; que se borran con el pasar del tiempo ó con el venir del mar… Por ello mi amor, hoy por hoy, lo declaro en persona y lo escribo día a día en mi corazón esperando compartir con esa persona un gran amor… En mi orilla se dibujan emociones, no es que muera de amor, simplemente muero por sentirme amada…
Siempre existe un viernes… como aquel día cuando entraste en mi vida como un soplo de viento refrescante, cerrando todas las puertas de las demás alternativas.
Siempre existe un viernes… donde tú mirada, tu risa, tu melodiosa forma de moverte; ocupan toda mi habitación desprendiendo una intensa luz propia…
Siempre existe un viernes… para estar en tus brazos, para verte sonreír, para respirar, para dibujar tus sueños y volverte a mirar…
Siempre existe un viernes… para amarte a través de todos mis sentidos, sintiendo tus caricias con las manos de tu alma y tu amor con el eco de tu voz…
Siempre existe un viernes… para calmar este calor; con la calidez de tu sexo, que estremece mis deseos y hace honor a la intensidad de nuestro encuentro…
Siempre existe un viernes… que exprese lo divino del contacto entre los dos, con tu esencia y física presencia, hija de tu dulce pasión.
Siempre existe un viernes… donde aparece el placer en plena madrugada, permitiendo que las ganas y el deseo se desborden entre mis sábanas…
Siempre existe un viernes… donde la noche te revela el secreto de mi alma, de querer estar a tu lado, de despertar junto a ti luego de habernos amado, sin horarios ni espacios, con profundos besos, reinventándome en tus manos…
Siempre existe un viernes… donde por convicción mi piel exige sólo tu piel para entregarse, para desearla, amarla y respetarla siempre,
Siempre existirá un viernes… para sentir demasiado placer…
Siempre existirá un viernes… que se ajuste a ti…
Siempre existirá un viernes… para enamorarme más de ti…
Siempre existirá un viernes… para decir “te quiero mucho”…
Y también que siempre exista la posibilidad de hacer que todos los días sean viernes, pero no la incertidumbre de no saber qué vendrá después…