Pase por tantas cosas como la de un amor que parecía dibujar promesas en la arena, de aquellas; que se borran con el pasar del tiempo ó con el venir del mar… Por ello mi amor, hoy por hoy, lo declaro en persona y lo escribo día a día en mi corazón esperando compartir con esa persona un gran amor… En mi orilla se dibujan emociones, no es que muera de amor, simplemente muero por sentirme amada…
Estoy convencida que fue bueno despertarme de esa pesadilla, de tener el valor de salir de esa vida que no me daba emociones; sino decepciones y desilusiones…
No era un amor sano, quizás porque no conocí otra forma de amar, no conocí otro amor, estaba con él desde muy joven y así transcurrieron años…
Años que no pude superar con facilidad, pero tuve que empezar por aceptar aquel dicho: “el valiente existe, hasta que el cobarde quiere”, comprendí que sí él llegó a donde llegó fue porque yo lo permití, por cobardía, temor o lo que fuera, se me fue de las manos, hoy me quiere, mañana no y así como si deshojara margaritas, simplemente “no era feliz”.
Pero no estoy sola, miro a mi hijo y le doy las gracias a Dios por esta fortaleza, porque puedo darle todo, por lo menos todo lo que yo no tuve o tuve poco y que fue tan importante y fundamental para mi desarrollo, la compañía y presencia de una madre, Dios me ha bendecido…
Quién soy???
Hasta hace un tiempo no tenía la menor idea, la mejor manera de responder esa pregunta era estando sola…
Llevaba mucho tiempo mirando, pensando y sintiendo que había un mundo que gira alrededor mío y no para mí y me cansé, pero no más, es inevitable olvidar, pero hoy sé que se puede superar, huí para vivir de noche y soñar de día y encontré los mejores amaneceres…
Pues era hora, he descubierto lo hermoso de mi libertad, lo hermoso de amar en libertad, de tener mi espacio y respetar el espacio de otra persona, he vuelto amar y me siento correspondida, hoy aprecio y valoro lo hermoso de mis alas, pero lo más importante es poder ver todo el cielo que tengo para volar y así recomenzar…