Pase por tantas cosas como la de un amor que parecía dibujar promesas en la arena, de aquellas; que se borran con el pasar del tiempo ó con el venir del mar… Por ello mi amor, hoy por hoy, lo declaro en persona y lo escribo día a día en mi corazón esperando compartir con esa persona un gran amor… En mi orilla se dibujan emociones, no es que muera de amor, simplemente muero por sentirme amada…

Sus ojos, tímidos, atrevidos y muy profundos, sin permiso empezaron a recorrer mi piel desnuda, deleitándose en lugares que sólo él disfruta, esos lugares donde el PLACER se escribe con mayúsculas y las S E N S A C I O N E S con doble espacio y despacio…
Mis ojos, penetrantes e intensos, paseaban distraídos por su cuerpo, mis dedos lo recorrían inquietos y mis labios traviesos mantenían su sabor.
Aquella noche nació la “sincronicidad”, fue un invierno mágico, la luna alumbraba mi ventana, ya ha pasado algún tiempo desde aquella vez y con el pasar de los meses nuestra esencia hoy por hoy me hace sentir feliz.
Yo sé que todo cambia, que en esta vida realmente nada nos pertenece y eso no me entristece, porque esos ojos; muchas veces, como hoy; me rastrean donde esté y orgullosa podría decir que han sido mi mejor regalo…