Todos conocemos el típico triángulo amoroso, tal vez muchos estuvimos alguna vez en una situación semejante… ¿¿¿Pero cuando esto pasa entre nuestros propios amigos???
Hace unos días y por un caso muy cercano a mí, busqué información en internet, me refiero a las causas que etiquetan una relación así triangular, leí varios artículos rescatando algunos contextos, como por ejemplo:
“Cuando uno se involucra en una relación así, las cosas no resultan fáciles para ambos, peor aún; si alguno debe decir adiós, inevitablemente el otro sufrirá!
Así no se puede ser feliz, es una felicidad compartida, todo se torna complicado, sin poder caminar como una pareja de enamorados libres por la calles, propiamente de la mano, las mentiras empiezan a fluir, la conciencia les robará el sueño, el remordimiento empezará a poner en duda sus pasos, e inevitablemente se hará daño a un tercero sin merecerlo, sin contar si éstos tienen hijos”.
Finalmente decía que uno elige como llevar su vida, pero los amantes siempre serán eso, “amantes”.
Mi amigo Martín sostiene una relación “amor-desconfianza” con Miranda, mi amiga también, ellos suelen contarnos sus problemas, comparten penas y alegrías, frustraciones y anhelos, y abren su corazón a mí (más uno que el otro).
Normalmente soy más confidente cuando discuten, los escucho, muchas veces sin compartir en absoluto su manera continuar en eso pernicioso, pero los entiendo y los respeto.
Probablemente alguna vez no encuentren en mí la complicidad que buscan, pues yo me siento en una encrucijada; ambos son mis amigos, a los dos los quiero, los he visto mal y destruidos, los he visto ser felices por ratitos o temporadas cortas.
Ambos se hacen daño, pero pronto vuelven a lo mismo, muchas veces los escuché decir “ya no más, se acabó”. Y así sucesivamente muchas; frases que jamás se cumplieron.
No soy quién para juzgarlos, acusarlos ó condenarlos, son mis amigos, y creo que hasta este momento he actuado con ambos de manera honesta, objetiva, justa y transparente.
Es más, hasta me gané una mala etiqueta por brindarle mi hombro a uno de ellos en su peor momento de depresión y desesperación, dónde sólo necesitaba escuchar y comprender.
En fin, a veces mis principios van más allá de la amistad, particularmente no quiero perder como amigo a ninguno, y es sabido que cuando una relación acaba, muchas veces también acaba con ellos la amistad de los amigos en común, lo más triste es que formamos parte de un círculo lindo de amistad.
Queremos verlos felices, sobre todo tranquilos, sin tantas complicaciones, pero los celos han deteriorado mucho su pseudo-relación, qué alegría si se hubiesen conocido en otras circunstancias, porque hacen una linda pareja, porque me gustaría salir con ellos en parejas de enamorados y no ser amigos ocasionales.
Finalmente, después de leer tanta información y aflorar aquí mis sentimientos, me sentí parte de ellos, somos un grupo de amigos y ellos son parte de nosotros y nosotros parte de ese engaño.
No dejo de preguntarme:
Dónde se aman dos… ¿¿¿Cabemos más???
¿¿¿Nosotros, los amigos también formamos parte de ese triangulo???