El tiempo que paso en silencio y en soledad, me dan un motivo para plantearme cosas, algún qué o porqué. Me da respuestas a preguntas que no formulé. Hay quienes no tienen ni idea de lo que sentimos o pensamos. Él no sabe de qué hablo cuando lo pienso, mucho menos sabe que lo pienso y siento. Es un secreto, que se confiesa con la voz del silencio; tras el oprimir de estas teclas, con la sutil intención de mis letras cuando le respondo por el Messenger ó lo descrito en estas páginas.
Transcurría un tiempo sin saber de él (eso sentía), y sólo fueron unas horas desde aquel último mensaje vía Messenger o mensaje de texto. Esas horas en que yo solo quería estar a su lado, ocupando su firmamento y su vida, invadiendo su mente y su cuerpo…
Llegamos a mi casa, su silencio muy discreto en pleno viaje de regreso, no tenía (como yo ahora) palabras. Yo no compartía mi soledad ni mi silencio con nadie; hacía tanto tiempo… ¿Alguna vez antes lo compartí?... No!, ese era otro tipo de silencio, era callar…
Alexander, con todo su ser, literalmente se instaló en mi vida casi sin querer. Y aunque ninguno de los dos lo sabía… “siete de tres” son los días que subsistió sin querer también.
Y es que él lo tiene todo, un hombre peculiar, por eso me gusta, en poco tiempo me di cuenta de ciertas curiosidades, detalles que me absorbían en especial cada vez más, aspectos que aún así me los cuenten no podía imaginarlos.
Por compartir algunas, me encanta lo bien que besa cuando se excita, como coloca mi cuerpo pegado a él, sus detalles muy discretos de mostrar sus sentimientos, el detalle de abrir la puerta de su auto la primera vez que paso por mí, su particular forma de ser, su ausencia y presencia, sus palabras como sus silencios.
Algunas veces me daba la impresión de que siempre tenía dos respuestas en el pensamiento, la que deja con las ideas cuadriculadas y la que impulsa contra la pared.
Las demostraciones de cariño que él tiene conmigo, cada vez son mejores y despiertan algo más que ilusión.
Me pierdo en sus letras, me busco en las mías y creo que jamás hallaré "nada", nuestro coincidir y complicidad, es TODO me lo dijo el silencio…