Hoy, una vez más te he encontrado entre mis recuerdos…
Renunciar a ellos es una decisión que no puedo permitirme, no sabía que tú podías llegar a ser alguien tan importante en mi vida.
Desde aquella primera noche, no dejé de buscar en tu pecho el palpitar de tus ganas contagiante, (no hay medias naranjas, para qué buscar la media mitad, sí lo que uno realmente quiere es alguien completo). Tú eres alguien completo.
Durante esta madrugada, un destello atravesó nuevamente lo más hondo de mi pensamiento…
Sé que estabas ahí, presente en mi memoria, aunque estés lejano no dejas de estar latente.
Cerré mis ojos y recordaba aquella noche paseando, con la brisa fresca del mar, me contabas tus historias de adolescente bajo los árboles de ese parque, a mí me fascinaba todo lo que decías, te escuchaba atenta, estaba segura que tu memoria guardaba mil historias más que aún te faltaban narrar y qué serían tan interesantes como esa.
Es cierto, me entretuve en estos episodios.
De pronto llegó rápidamente el recuerdo de aquellos días de playa, nos metimos juntos al mar, sujetabas fuertemente mi mano para acompañar cada paso que nos hacía entrar a él más y más, yo me sentía segura y protegida, compartimos el desayuno, el almuerzo, la cena, el día, la tarde, la noche y también la ducha…
Sin duda los recuerdos más opulentos son de viernes, ya sabes Siempre existe un viernes.
Yo vivía en tu regazo, en tu excitante fragancia, en tus sensuales caricias, entre risas, besos, gestos, en todo aquello que me invitaba a amarte, me encantaba observar como sentías.
Me arrepiento de no haberte mirado a los ojos y haberte dicho “Te amo”.
Es curioso, pero sí te dije “Te quiero” y tú respondiste “Yo más”…
Hoy no estás!, extraño la mañana cuando despertaba con tus besos, extraño la noche cuando me arropabas con tus brazos.
Qué deleite hacerte la cena, qué seguridad saber que vendrías.
Hoy te busco en cada recuerdo que traen mis días y sólo encuentro tu largo silencio y ausencia que no aprendí a descifrar, algo en mi va removiendo este desasosiego.
También he recordado que confiaba en ti, sé que siempre serás tú mismo y que te reconocería a pesar del tiempo que transcurra. Hoy sólo te pido, déjame sentir que sigo sobre tu pecho.
Gracias por seguir tejiendo mis recuerdos…